Solo observe, no hace falta prestar demasiada atención, olvídese del intelecto por unos momentos, deje que el animal se haga cargo de su instinto (al menos por un instante) y hasta las mesas adquirirán curvas sensuales. Usted ya sabe, si en algo se parecen los animales y el común de las mesas es en que ambos andan a cuatro patas.
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